La generación de ideas innovadoras es siempre importante para las empresas, especialmente en momentos de crisis, cuando es posible identificar nuevas oportunidades y se hace necesario generar modelos de negocio adaptados a las nuevas circunstancias. Pero, ¿cómo se puede conseguir que una empresa genere innovación interna y pueda aplicarla en sus procesos o productos?
No existe una respuesta sencilla para esta pregunta, ni siquiera se puede esperar que la respuesta sea única y aplicable a cualquier empresa, pero sí que podemos establecer unas líneas a considerar que maximicen las posibilidades de éxito de esta iniciativa.
El primer paso para innovar en una compañía debe ser buscar ideas que estén alineadas con el negocio. Posteriormente se deben validar a través de pilotos o pruebas de concepto lo más reales posibles y finalmente, establecer un procedimiento para que las ideas validadas se implementen en la empresa. Estos tres pasos, en apariencia sencillos, suelen ser de difícil implementación para las empresas.
La inspiración inicial para la búsqueda de estas ideas puede encontrarse fomentando una red externa de contactos o internamente dentro de la compañía. En el año 2016 se publicó un artículo en el Strategic Management Journal donde se desgranaban los resultados de un estudio sobre la capacidad innovadora de las personas en una empresa en función de su red de contactos. La conclusión a la que llegaba era que una persona con una red de contactos externa a la empresa y convenientemente atendida, era más productiva en términos de diseñar soluciones, productos y/o servicios innovadores que otra persona que careciera de esa red. Sin embargo, la expresión convenientemente atendida, toma especial relevancia pues consideran que esto se produce cuando se invierte al menos el 40% del tiempo de trabajo en cultivar y ampliar esa red.
La mayor parte de las empresas no pueden permitirse prescindir de la mitad del tiempo de los trabajadores, al menos no de forma general o continuada. En estos casos, indica el estudio, la mejor inversión del tiempo del personal es generar una red interna de innovación dentro de la compañía y minimizar, pero nunca eliminar, el número de trabajadores que desarrollan la red externa.
De hecho, debe ser la propia compañía quien propicie los encuentros entre diferentes áreas de la misma para debatir de forma abierta sobre nuevas necesidades detectadas en clientes, nuevas soluciones, nuevos servicios o nuevas áreas de trabajo. Lo ideal para articular estos encuentros es dotar a la compañía de los departamentos y personas adecuadas para llevarlo a cabo. La creación de un laboratorio de ideas único que aúne la contribución de diferentes células de innovación distribuidas por todos los departamentos de la empresa, fomente las aportaciones externas y establezca procesos de recompensa a las contribuciones, es
fundamental, pero no lo es menos el establecer un área que permita comunicar los resultados, estudios y análisis realizados o en proceso a todas las áreas y recibir su feedback para realimentar el ciclo.
Gracias a esta forma de organización y a la creación de T:Labs, el laboratorio de ideas de Transcom, hemos fomentado la innovación y su aplicabilidad, aumentando de forma rápida nuestro portfolio de servicios y adaptándolos a las necesidades de nuestros clientes.
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